Banco Central de Cuba
2022-05-19
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Imagen relacionada con la noticia :Curiosidades sobre Martí en la numismática

La efigie de José Martí apareció en las medallas por primera vez en el año 1913. Fue autorizada por el Decreto Presidencial No. 918 del 10 de octubre de 1913. Esta medalla estaba destinada a conmemorar los trabajos realizados por las emigraciones cubanas durante las guerras de independencia, «considerando que la labor de los emigrados revolucionarios cubanos fue altamente beneficiosa para la causa de la libertad, por haber sido los fundadores del Partido Revolucionario Cubano (PRC) y porque con sus donativos contribuyeron al sostenimiento económico de las distintas campañas, y con su incesante propaganda al mantenimiento de la fe en el ideal de la independencia de la Patria».

En 1915 se acuñaron en la Casa de Moneda de Filadelfia las primeras monedas con el busto de Martí. Después de trece años de república dependiente empezaron a circular las primeras monedas acuñadas en oro, plata y níquel. Nuestro sistema monetario tenía por base el patrón oro y por unidad el peso. Las piezas de oro tenían las denominaciones de uno, dos, cuatro, cinco, diez y veinte pesos; las de plata se acuñaron en los valores de diez, veinte y cuarenta centavos y de un peso; las de níquel, en las denominaciones de uno, dos y cinco centavos.

Cada moneda llevaba impreso su valor, peso, ley, año de acuñación y la inscripción «República de Cuba». Además, las de oro tenían en el anverso el busto de Martí y en el reverso el escudo nacional. Las de plata y níquel ostentaban en el anverso una estrella de cinco puntas, por lo que son conocidas como las monedas de la Serie «Estrella Radiante», y en el reverso el escudo de la República.

Las monedas extranjeras que circulaban en el país fueron sustituidas por las monedas nacionales y por las norteamericanas. La concesión legal otorgada a la moneda de Estados Unidos convirtió, en la práctica, a la nuestra en una moneda subsidiaria de la norteamericana, tanto porque representaba el mayor caudal en la circulación, como por el hecho de que era la moneda utilizada en el comercio exterior, sin olvidar la supeditación política y económica con que surgió nuestra República. Pasaron los años y la presencia de José Martí en la Numismática iba desapareciendo. La medalla en que se perpetuaba su recuerdo era conservada en los hogares de los viejos libertadores.

Las monedas de oro con el busto de Martí circularon poco en nuestro país. En primer lugar, porque el propio Gobierno cubano no quiso ponerlas a circular masivamente, recién acuñadas, por temor a los efectos de la Ley de Gresham; y, posteriormente, porque el alza del precio del oro en el mercado mundial durante la Primera Guerra Mundial, provocó su salida clandestina de nuestro territorio, a pesar de las medidas oficiales adoptadas para impedirlo.

En el curso de los años, la casi totalidad de ellas se habían exportado clandestinamente, y sólo permanecían en el país algunas cantidades atesoradas y otras en poder de los coleccionistas.

Las monedas de oro con el busto de Martí fueron las únicas acuñadas en nuestro país en ese metal hasta que comenzó sus operaciones la Casa de Moneda de La Habana, que en 1977 acuñó la primera serie en el marco de «Grandes Acontecimientos Históricos».

Con información de: Museo Numismático

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