Miguel Herrera
2019-05-23
2821
Compartir:
Imagen relacionada con la noticia :La vida en una tarjeta (+Infografía)

23 Mayo 2019 | Por: Lisandra Morales Cruz |

Ciego de Ávila da pasos firmes en la implementación del comercio electrónico, pero, mientras algunos descubren el agua tibia en el uso de las tarjetas magnéticas, hay servicios que se tambalean

Aun cuando no pocos piensan que el comercio electrónico llegó a Ciego de Ávila dos años atrás, la noticia dejó de ser novedad hace mucho tiempo. En cuanto a su puesta en práctica gravitan un montón de dudas, principalmente de los clientes, quienes se cuestionan la confiabilidad del mismo y si nuestra sociedad está preparada tecnológica y humanamente para emplearlo.

Son el Banco Popular de Ahorro (BPA) y el Banco de Crédito y Comercio (BANDEC) las entidades encargadas de amplificar los beneficios a toda la provincia.

Y como buena nueva, esta se expandió a lo largo y ancho de la Tierra de la Piña hasta llegar a Jicotea, Miraflores, Falla y Sanguily, poblados donde nunca nadie imaginó que podría llevar en la cartera una tarjeta plástica en lugar de dinero.

Ana del Rosario Guerra, trabajadora avileña, lo supo desde que se lo notificaron en una sucursal cercana a su residencia. Como ella, otros hombres y mujeres han conocido sobre la elaboración de las de nómina domiciliaria para el cobro de salarios en las empresas, las de pago a jubilados, formación de fondos, para Trabajadores por Cuenta Propia, las de estímulo y las de los colaboradores internacionalistas, gracias a las extensiones de ambos bancos en el territorio.

Si bien en el BPA, luego de la solicitud, el cliente debe esperar 15 días para obtener la tarjeta magnética deseada, en el BANDEC el mismo producto puede obtenerse en un período de siete a diez días. No obstante, los problemas más grandes no radican en este punto del proceso.

Odalys Rad Companioni, Jefa del Departamento de Banca Personal del BPA, manifiesta que, al adquirirla, en CUP o CUC, el cliente deberá pagar 50 centavos, en una u otra moneda, dependiendo de la solicitud. “Es obligatorio recogerla personalmente la tarjeta en el término de tiempo acordado; de no presentarse, debe romperse, aunque tratamos de contactarlo antes del término de destrucción”.

Igual fin tienen las mismas en las sucursales de BANDEC. “Aquí las guardamos hasta un año a partir de la fecha en que se emite el pedido, llegada la fecha tenemos que destruirla”, asegura Hilda Rosa González Yadró, Jefa del Departamento de Banca Personal.

Las preguntas son simples. ¿Por qué destruir una tarjeta en la que se han invertido recursos y que le cuesta al país dinero para elaborar? ¿Podrían reutilizarse?

Cuentas claras
—No, dice Raúl Alvariño Íñigo, director de la sucursal 5541 del BANDEC.

—¿Por qué?

—Cada una tiene sobre su superficie los datos personales de quien la encarga, además, las entregamos con un PIN para la extracción del dinero en efectivo desde los cajeros automáticos, por eso concederla a un nuevo destinatario se hace imposible y debemos destruirlas.

A nivel mundial se recomienda la destrucción de las tarjetas magnéticas para evitar la suplantación y el robo de identidad, además de impedir cargos fraudulentos sobre ellas, lo que justificaría los procederes del BPA y el BANDEC, entes bajo el sistema bancario del Banco Central de Cuba.

Sin embargo, la cifra de las personalizadas en uso desde que comenzó el servicio parece superar a las que han debido eliminarse, aunque los números de las segundas se nos hicieran esquivos.

La vida de una tarjeta magnética

La vida de una tarjeta magnética

No obstante, las tarjetas magnéticas son una pequeña parte del entramado que representa el comercio electrónico, sin olvidar la disponibilidad de cajeros automáticos para el uso de la población, los Terminales de Punto de Venta (TPV), más conocidos como POS, para efectuar el pago en las unidades del Comercio Interior, y el personal preparado para trabajar con el equipamiento y brindarle agilidad en los servicios a la población.

Por evitarse más demora en la compra es que Mulvian Iglesias Pérez, gestora en comunicación y marketing de la Dirección Provincial del BANDEC nunca ha empleado su tarjeta en la unidad La Elegante, para aplicar allí la bonificación del cinco por ciento como uno de los beneficios. Tal vez más clientes como ella reaccionen de igual forma al ver que existe un POS en el lugar, pues hay que abandonar la cola e ir hasta la oficina del administrador donde se efectúa el pago.

Pagos con targeta magnética

“Yo no creo que eso genere muchos problemas”, dice Francisco Resina Cervantes, administrador del lugar. “El cliente solo debe pasar a mi oficina y pagar, el POS está ahí porque funciona conectado a un teléfono. Hace más de dos años que hicimos la solicitud a la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A (ETECSA) para que nos hicieran el cambio, pero todavía nada”.

Aunque, en estos casos, es la Oficina Regional Financiera del Cimex (FINCIMEX) la encargada de la instalación y mantenimiento de los POS en Ciego de Ávila.

Invasor conversó con Héctor Miranda Collot, administrador de FINCIMEX, quien explicó que la misma transcurre por una remodelación tecnológica para cambiar de manera progresiva todos los POS con líneas conmutadas y evitar la congestión en las líneas por equipamiento caduco.

Miranda Collot asegura que, en caso de avería, FINCIMEX realiza el cambio del POS en 24 horas, pero, en la mayoría de las ocasiones, las dificultades técnicas radican en el fallo de las impresoras, la deficiente conexión en el lugar y problemas con las cablerías.

El martirio de tenerlas
A la pregunta de “¿Quieres que te diga la verdad?”, respondí de manera positiva. Mariley Sarmiento me miró a la cara y dijo: “Para mí es un infierno”.

No fue necesario pedirle argumentos a la cliente. “El problema no es la tarjeta en sí, sino los dependientes o la conexión. Cuando llegas a pagar y la sacas, a veces te dicen que la conexión está mala, pero otras me he dado cuenta de que quieren que saque el efectivo para evitar el papeleo. En La Habana también es así”.

A Mariley, la dependienta Clara Liset Montalvo, del departamento Imagen Cuba en la tienda recaudadora de divisas La Venecia, le había indicado ir hacia otra caja para pagar porque, casualmente, el POS tenía problemas. La joven tendera manifiesta que para ella el pago con la magnética ralentiza la cola, y más en esa unidad, donde existen cuatro TPV, pero solo uno funciona.

A pocas cuadras, la enfermera Yitsy Pérez Benítez está en el departamento de peletería de la unidad La Cruz Verde, con su tarjeta y, al contrario de Mariley, asegura que nunca ha tenido problemas con ella, pero ni siquiera presta atención a si se beneficia con la bonificación del cinco por cierto o no.

“Lo único que me incomoda es la situación en los cajeros automáticos”, dice, “que se trabe la tarjeta, que no me dé tiempo a recoger el dinero o se pierda, pero, por suerte, nunca me ha pasado”.

Mulvian Iglesias Pérez confía en la seguridad de las magnéticas, siempre y cuando no se tengan cerca de teléfonos celulares o imanes que puedan desmagnetizarlas. Tampoco junto con el PIN, para evitar el acceso de otras personas y, en caso de que sea absorbida por un cajero, el cliente deberá presentarse en el banco para recuperarla, lo mismo ocurre con el dinero si no se extrae en el tiempo requerido.

La situación de los cajeros automáticos parece mejorar en la provincia, según Iglesias Pérez. Obtener iguales datos en el BPA nos fue imposible pues “no son de interés para los clientes”, según se agenció el derecho a definir qué es o no publicable la Jefa del Departamento de Banca Personal del BPA, impidiendo así que Invasor accediera a una información pública.

“Actualmente, BANDEC tiene en la provincia diez cajeros automáticos: cuatro en la cabecera provincial, dos en el municipio de Morón, e igual cifra en Baraguá y la cayería norte avileña. Lamentamos la inexistencia de más equipos en el resto del territorio, aunque los próximos se pretenden destinar a Chambas, Ciro Redondo, además de reforzar a Ciego de Ávila y la sucursal de Cayo Coco.”

Desmagnetizar mentalidades
Que los ancianos han sido quienes más demoran en el proceso de adaptación, no es secreto para nadie, a pesar de la inexistencia de una investigación científica para probar tal teoría. Para ellos se torna complejo asimilar nuevos procesos en las formas de pago, aun cuando estos les faciliten la vida.

Para otros, no tan mayores, también resulta difícil lidiar con aplicaciones móviles para el pago de la corriente, el agua, la transferencia de saldo hacia un teléfono celular u otra tarjeta, o cambiar el límite del dinero diario a extraer, conflicto que aumenta cuando los usuarios deben realizar una nueva solicitud para obtener la que les permitirá realizar tales acciones.

Por suerte, desde este 16 de mayo, BANDEC tiene disponible en sus sucursales cabeceras la entrega y asociación, al momento, de tarjetas Multibanca, posibilitando el uso efectivo de la aplicación Virtual Bandec, Kiosco y Multibanca, avances tecnológicos que le ahorran tiempo al cliente gracias a la posibilidad de pagar servicios como el agua, la corriente eléctrica, la factura telefónica, realizar transferencias de saldo de una a otra y, próximamente, recargar el celular.

Lo de desmagnetizar mentalidades nos toca a todos. Polos opuestos en materia de comercio electrónico nunca se atraen, porque el banco depende del cliente, como el cliente del banco. Y sí, nuestras instituciones bancarias necesitan de más trabajadores conscientes y humanos, capaces de indicarle a un desconocedor del tema lo que debe hacer o cómo operar frente a un cajero automático.

También, de acortar plazos entre la solicitud y la entrega, aun cuando ello no dependa, directamente, de la entidad donde se oficialice el pedido. Tengamos en cuenta el número considerable de personas negadas a poseer una tarjeta magnética, independientemente del aumento en la cifra de aquellos con intenciones de portarla.

El camino hacia un comercio electrónico viable y seguro debe ser con inteligencia y buenos tratos, más que resistencia. No se trata de una carrera de relevos, es, simplemente, un proceso.

Tomado del Invasor

Compartir:

Haga un comentario