Terminó el 2021, con tristezas irreparables para algunos, las familias quedaron dolidas y la inseguridad se apoderó de todos por la situación que generó la COVID-19.
Para otros no fue un año del todo malo, por los resultados que para su crecimiento personal y profesional experimentaron. Hubo parejas que consolidaron su unión y crecieron, otros culminaron su carrera, se hicieron realidad proyectos de vida, hay que reconocer que también hubo momentos felices.
Este año como siempre, dimos vueltas a la ceiba, caminamos por el barrio con la tradicional maleta, quemamos el muñeco del año viejo y tiramos varios cubos de agua, pa´ que se lleve de una vez todo lo malo, aunque, el destino no se puede dejar a suerte y verdad, hay que ayudarlo.
No basta con desear que todo mejore, debemos hacer todo lo que nos toque de cerca para mejorar juntos y para lograr el bienestar de todos. Para que nuestro futuro sea superior en este nuevo año, es necesario mucho esfuerzo para lograr resultados que permitan eliminar las carencias y aprovechar la oportunidad que la vida nos da de seguir adelante.
Ya tenemos nuestras conquistas sociales, la salud y la educación para todos, tenemos vacunas propias y el ímpetu necesario para salir airosos de todo, pero tenemos que cuidar lo logrado para que perdure.
Es cierto e innegable, que debemos buscar la manera de impulsar nuestra economía en busca de la eficiencia empresarial y aprovechar las posibilidades de cada territorio, sustituir importaciones que retrasan los resultados productivos y expandir el mercado al mundo, con productos cubanos de probada calidad que nos ayuden al desarrollo. Es un gran reto el que nos espera, y debemos para alcanzarlo trabajar sin descanso y contar en todo momento con los jóvenes que son el futuro del país.
Contamos con un gobierno preocupado por nuestro bienestar, por la felicidad de todos y lo comprobamos al ver el rostro de los niños, la alegría de los jóvenes, el orgullo del atleta que trae a la patria su medalla, al ver el bienestar de los ancianos, el esfuerzo y empeño de los campesinos que producen el sustento de todos, el cariño de los médicos que salvan, la humildad de los científicos que crean las vacunas. Y es que así somos los cubanos, la alegría, la sencillez, el amor y la solidaridad nos caracteriza, así defendemos nuestro novedoso proyecto social.
Luchemos porque este sea un año mejor, porque aprendimos a ser más solidarios y lo seguiremos siendo, porque aprendimos a valorar lo que tenemos, sobre todo lo más preciado: LA VIDA, al decir del apóstol: “ Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad”.
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Yoandris Lescaille Leyva dijo:
Muy bien