La energía, el talento y candidez de la infancia se convirtieron en el motor certero con el que arrancaron esta mañana de miércoles, en el Banco Central de Cuba (BCC), los homenajes por el próximo 26 de julio, Día de la Rebeldía Nacional, desde un matutino y posterior espectáculo teatral de La colmenita, que dejaron sentado sobre las tablas el potencial artístico y el patriotismo de las nuevas generaciones en la Isla.
Encabezada por la vicepresidenta primera del Banco Central de Cuba, Yamile Berra Cires y su vicepresidente, Alberto Javier Quiñones Betancourt, e insertada en el plan vacacional de la entidad para los hijos e hijas de nuestros trabajadores bancarios, la acción cultural y política puso sobre el mantel la llama de los más pequeños, el compromiso y capacidad de nuestra fuerza laboral para forjar un futuro mejor, desde el tributo sincero a los héroes del 26 de julio.
Con especial devoción, como continuadores de nuestra historia y garantía del porvenir, los más chicos de la familia se sumaron a la celebración, con sede esta vez en los locales de la compañía teatral Retazos, al centro del casco histórico habanero y escasas cuadras de la sede oficial del BCC.
Un canto a la épica de la nación, a conocerla y consolidar esa rebeldía como signo de nuestra identidad sobresalió de la cita, donde se subrayaron también la eficiencia, calidad en los servicios y capacidad para solucionar múltiples retos, como valores inalienables del sector bancario en la Mayor de las Antillas.
Berra Cires, por su parte, al dirigirse a los presentes, exhortó a continuar trabajando sin descanso para contribuir al desarrollo del sistema financiero y perfeccionar uno de los campos esenciales de su labor: la atención al cliente.
La colmenita, a su vez, llegó con amor, pasión y sentimiento demostrando una vez más que tener talento es tener buen corazón.
Los niños del plan vacacional, con la guía acertada del Centro Nacional de Superación Bancaria, disfrutaron de un espectáculo con canciones clásicas del repertorio infantil contemporáneo patrio y de nuestro acervo cultural, que los presentes tararearon, aplaudieron y bailaron como peces en el agua.
Día de pura y genuina alegría, igualmente conectada con el nervio Cuba, su legado y, sobre todo, el papel de los bancarios cubanos para reverenciarlo y perpetuarlo con creatividad y rigor.