Banco Central de Cuba
2021-12-09
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Imagen relacionada con la noticia :Sobre la historia de la banca en Cuba

A mediados del 1948 tienen lugar las elecciones presidenciales y la renovación de parte del Congreso, por lo cual el proyecto de ley de la creación del banco quedó para ser discutido por la nueva legislatura.

No es propósito analizar el Gobierno de Carlos Prío Socarrás, a pesar de que la creación del banco central tuvo lugar inmediatamente después de su arribo al poder, pero resulta conveniente mencionar algunas cuestiones muy generales sobre este.

Prío contaba en su inicio con algunos hombres jóvenes en su equipo de gobierno. Los más honrados y progresistas abrigaban el deseo de impulsar un cuerpo de leyes que modernizara el Estado Cubano, por lo que entre estas ideas estaba la creación del Sistema Bancario Nacional. Sin embargo, el anticomunismo del presidente, su política contraria a los trabajadores y sus verdaderos dirigentes, la proliferación del robo y la malversación, la separación del gobierno de lo mejor que tenía, como es el caso de Chibás y sus seguidores y, por último, la falta de prestigio de sus líderes, en primer lugar, del propio presidente, propiciaron el golpe del 10 de marzo y la trágica secuela que este ocasionó al país.

Una de las primeras medidas de Prío al tomar posesión de su cargo fue indicar al Congreso la necesidad de que entre las primeras leyes a discutir estuviera la correspondiente a la creación de la banca nacional.

Inmediatamente después de esta declaración comenzó una campaña en el país de la que, aunque se desconocía exactamente su procedencia, todo el mundo sospechaba de donde venía, originando cierto estado de pánico que obligó al presidente a dirigirse a la nación y aclarar algunas patrañas que se estaban propagando sobre el banco por sus enemigos.

En su alocución el presidente Prío explicó, entre otras cosas, lo siguiente: “El Banco Central no es una dependencia del gobierno, es un banco creado con capital que aporta el Estado, los bancos privados y las instituciones del seguro social. El banco será una entidad autónoma. En la actualidad no hay control sobre la moneda extranjera. Los bancos, los comerciantes y los particulares reciben y pagan en dólares como si se tratara de la moneda nacional y lo podrán seguir haciendo.”

Después de este último esfuerzo, a los enemigos del Banco Central no les quedó más nada que hacer, tan solo ver como, por fin, el 17 de diciembre de 1948 el Congreso, por el voto unánime de todos los legisladores –treinta y ocho senadores y cien representantes–, aprobaba la Ley No. 13 que creaba el Banco Nacional de Cuba (BNC). El 23 de diciembre la Ley es sancionada por el Presidente de la República y el 30 del propio mes publicada en la Gaceta. Ya Cuba tenía verdaderamente moneda propia y Banco Central.

La ley que creó el BNC fue extremadamente conservadora y fue elaborada más con el propósito de controlar en cierto grado la economía que de impulsarla. Sin embargo, a pesar de todos los defectos y limitaciones que se le pudieran achacar, no hay duda de que con ella Cuba comenzó a ejercer realmente la soberanía monetaria, además de contar con un instrumento capaz de elevar y consolidar la economía.

Entre las diversas cuestiones que normaban la ley y sus estatutos merecen destacarse los siguientes:

1. Fija claramente las funciones del BNC:

- Centralizar las reservas monetarias de la nación.
- Vigilar y regular el crédito.
- Crear y retirar medios de pago.
- Actuar como agente fiduciario del Fondo de Estabilización de la Moneda y cooperar con este en la política de cambios del país.
- Servir como agente fiduciario y económico del Estado.
- Ejercer el control de la banca privada.
- Actuar como cámara de compensaciones.

2. Establece el control del Estado en la institución mediante la posesión por este de la mitad más una de las acciones.
3. Obliga a los bancos privados a suscribir acciones y, por tanto, a participar en la administración del banco.
4. Le confiere a la Asamblea de Accionistas el papel de máximo órgano administrativo, pero confía en la parte ejecutiva del banco a un pequeño Consejo de Dirección que posee amplias facultades y en el que tres de los cinco miembros son nombrados por el Estado.
5. Termina con el sistema monetario dual que existía desde 1914 y establece que la moneda nacional será la única de curso legal en el territorio de la nación, con lo que desaparece el dólar de la circulación monetaria.
6. Establece un sistema de nombramiento del personal mediante concurso-oposición, evitando así el entronamiento de la politiquería y la ineficiencia de los funcionarios y empleados del banco.
7. Reorganiza el Fondo de Estabilización de la Moneda de forma tal que sus funciones quedan estrechamente ligadas al banco.
8. Reafirma la unidad monetaria del país.
9. Norma la creación de nuevos bancos comerciales.
10. Reorganiza y controla el funcionamiento de los bancos comerciales existentes en ese momento.

Las relaciones entre el BNC y los bancos cubanos estaban marcadas por la relativa poca influencia de estos en la administración y decisiones del banco. En la primera suscripción de las 24 999 acciones de la clase B que correspondían a la banca privada, llevada a cabo por la Comisión Organizadora el 30 de noviembre de 1949, el 61,67%, es decir, 15 417, fueron a manos de seis bancos extranjeros – tres norteamericanos, dos canadienses y uno chino–, mientras que las restantes 9 582 se distribuían entre cuarenta y cuatro bancos cubanos. La distribución de las acciones, que tenían un voto cada una en la Asamblea de Accionistas, estaba en relación con el promedio de los depósitos de todas clases que cada banco hubiera tenido en su poder el año natural inmediato anterior a la formación de la Comisión Organizadora del BNC.

El 27 de abril de 1950 se inauguró el BNC. Además del Presidente de la República y su Consejo de Ministros, el cuerpo diplomático, los directores de los bancos accionistas, los congresistas, los políticos y los hombres de negocios, asistió a la ceremonia, especialmente invitado, un amplio grupo de representantes de instituciones financieras internacionales, entre los que estaban el señor David Rockefeller en representación del Chase National Bank of the City of New York y el señor Henry C. Wallich, colaborador en la organización del banco e historiador objetivo de la crisis bancaria cubana de 1920. Debe destacarse que todos los invitados eran de América, en lo fundamental de los Estados Unidos y Canadá, lo cual indica las pobres relaciones que sosteníamos en aquellos momentos con la banca mundial.

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