Banco Central de Cuba
2022-04-11
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Imagen relacionada con la noticia :Paquito, una historia de vida

Al mencionar a Francisco Borges Delgado en el Banco Central de Cuba (BCC), es posible que su nombre no resulte familiar, pero si decimos “Paquito”, entonces comprendemos perfectamente de quien se trata.

Paco, como cariñosamente le llamamos, ha permanecido por más de 30 años aportando saberes al sector bancario. Cursó sus estudios primarios, luego se graduó de bachiller a temprana edad y posteriormente como Perito Tasador de Tierras y Agrimensor.

Más adelante comenzó a laborar en la Compañía de Seguros S.A. como mozo de limpieza, y allí por inquietud propia de su juventud, aprendió el manejo de las computadoras IBM de gran formato. Posteriormente, gracias a gestiones familiares y por sus aptitudes, ingresó en la Escuela de los Masones, para continuar su preparación.

Por los conocimientos y resultados alcanzados, obtuvo una plaza de Operador de IBM en la Comisión de Reforma Arancelaria, situada en La Rampa capitalina, una vez allí, se vinculó al Movimiento 26 de Julio, participando en la venta de bonos para contribuir a la causa revolucionaria.

Entre sus recuerdos más preciados nos relató una anécdota de principios de la Revolución, como reliquia atesorada por pocos: su encuentro con Fidel en la Sierra Maestra. El Turquino no fue su primera vez en la sierra, ya Paco había estado allí mucho antes, a raíz de la firma de la Ley de Reforma Agraria. 

Recordó con nostalgia que, en esa época, él y algunos compañeros del Movimiento 26 de Julio, se enteraron de que Fidel realizaría la firma de la Ley en la sierra al día siguiente, querían estar ahí, no podían perderse ese acontecimiento que formaría parte de la historia de Cuba. Y salieron en auto desde La Habana hasta Oriente, vencieron el trayecto en una noche. Pero solo pudieron llegar en auto hasta donde la carretera lo permitió y luego tuvieron que seguir caminando. Jocosamente nos contó que iban vestidos con ropas ligeras, de civil y ni el calzado era adecuado para la aventura. Recordó también que caminaron muchísimo, los cogió la noche sin una linterna ni medios para la caminata, cruzaron riachuelos, caminaron por el fango, subieron y bajaron lomas, los empapó un aguacero, y tarde en la noche llegaron, mojados, enfangados y hambrientos a un bohío, donde los auxiliaron y orientaron para llegar a su destino, estaban exhaustos.

Luego del enorme esfuerzo realizado y con alivio, nos dijo, arribaron al fin al lugar indicado, el firme de la maestra, habían pocas personas y por supuesto Fidel, aclaró que la firma de la Ley se hizo en las últimas horas del día 16 y primeras del 17 de mayo de 1959, en un bohío llamado por todos la Casita del Santaclarero, dentro veían al comandante, y como Fidel es Fidel, luego de firmar la Ley habló con cada uno de los presentes.

Paco recordó que cuando le tocó a él, se puso muy nervioso, porque el líder le preguntó a boca de jarro: “y tú quién eres?”, a lo que le respondió con timidez: “yo soy Francisco”; y entonces Fidel le dice: “bueno, y tú que has hecho?”, entonces Paco le respondió nervioso: “bueno, yo vengo a saludarlo en el día de la firma de la Ley de Reforma Agraria, porque soy de una célula del M-26-7 y vinimos desde La Habana hasta aquí a estar presentes y a saludarlo”. Recuerda risueño que Fidel no conforme con la respuesta lo miró con su mirada penetrante y le volvió a preguntar: “y tú que hacías en el M-26-7?”; Paquito viendo que dudaba de él le respondió aclarando: “yo no estuve en la sierra, pero en el movimiento me encargaba de las finanzas y distribuía los bonos que se vendían en los centros laborales”. Entonces, Fidel le dijo: “está bien”, pero le preguntó nuevamente: “y qué piensas hacer ahora?”. Entonces Paco respondió con firmeza: “bueno, lo que me mande usted y la Revolución que es usted”. Fidel asintió nuevamente como aceptando la respuesta, dio por terminado el encuentro y siguió saludando a otros compañeros. Fue un encuentro difícil, concluyó, pues la personalidad de Fidel era increíble, pero gratificante y un honor para quien lo haya conocido.

Cuando triunfó la Revolución, contaba entonces con apenas 20 años de edad y comenzó a trabajar como director del Centro de Cálculo, en la Junta Central de Planificación (JUCEPLAN).

Los años 60 formaron parte de una época de efervescencia revolucionaria, que lo impulsó a incorporarse como muchos jóvenes a las milicias de su centro laboral. Fue entonces cuando Fidel convocó a todos los responsables de milicia a pasar un entrenamiento militar en la Escuela de Cadetes de Managua, y Paquito asumió el reto del comandante. Llegó a Managua junto a muchos otros compañeros, y nos comenta, que allí Fidel les habló, realizaron una práctica de tiro y los convocó nuevamente, esta vez para subir el Pico Turquino.

Retrocediendo en el tiempo, recuerda que fue seleccionado junto al resto de los responsables de milicia, para inaugurar la Escuela de Milicias de Matanzas, en el municipio de Limonar, donde participó en las labores que se realizaban para crear condiciones que permitieran recibir y preparar al resto de los milicianos de todo el país.  Estando aún en la escuela, formó parte de un grupo destacado, seleccionado para participar, a solicitud del líder, apoyando el cerco a los bandidos en el Escambray.

Al culminar su entrenamiento y encontrándose nuevamente en la JUCEPLAN, viajó a Rusia para incorporarse a un curso de superación y a su regreso, en enero de 1987 comenzó a trabajar en la Dirección de Estudios Financieros del BNC como jefe de Comercio Exterior, donde atendía las exportaciones, como parte de sus funciones. En aquel entonces no podía imaginar que formaría parte del sector bancario, y mucho menos pensar que su permanencia en este sistema sería tan extensa y fructífera.

Años más tarde, en 1998, luego de creado en BCC y por los resultados obtenidos en su labor, el entonces ministro presidente de esa institución, Francisco Soberón, le solicitó personalmente desempeñarse como su jefe de Despacho, lo que constituyó todo un honor para Paco. Cargo que desempeñó por 11 años, ocupando ambos la misma oficina que utilizara el Che en su breve mandato frente al BNC. En este cargo realizaba tareas de suma importancia de apoyo a la labor de la presidencia del BCC.

Luego continuó trabajando jefe de despacho junto a los presidentes de la institución que fueron designados posteriormente, como Ernesto Medina, Irma Martínez y Martha Sabina Wilson, hasta que en el 2020 se incorpora a la Dirección de Información y Comunicación Institucional (DICI) como Especialista en Política.

Comentó, con orgullo y nostalgia, que fue testigo y partícipe de los cambios realizados en función del perfeccionamiento de nuestro sector; que requerían las transformaciones económicas y sociales que tuvieron lugar desde ese entonces hasta la actualidad.

En este momento no se encuentra laborando, pues recientemente se acogió a la jubilación, como merecido descanso después de largos años de entrega al sector bancario; pero se mantiene cerca, atento, colaborativo, ofreciendo su sapiencia cultivada a partir de vivencias y experiencias acumuladas a lo largo de su vida. Estamos agradecidos y siempre atentos a sus consejos, para que al seguirlos nos permita garantizar el desarrollo de nuestra labor, enfrascados en el perfeccionamiento de la gestión del Sistema Bancario Nacional.

 

"BancoCentral, 25 años contigo"

 

 

 

 

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