En un contexto financiero desafiante, donde las formas tradicionales de ayuda al desarrollo están bajo presión, la financiación innovadora ha surgido como un enfoque complementario para generar nuevas fuentes sostenibles de financiación para contribuir a alcanzar los objetivos de desarrollo.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las finanzas innovadoras pueden definirse como el conjunto de soluciones y mecanismos financieros que crean formas escalables y efectivas de canalizar tanto dinero privado de los mercados financieros globales como de los recursos públicos para resolver problemas globales apremiantes. Este concepto integra dos facetas distintas: primero, el financiamiento innovador es una fuente complementaria de capital para la ayuda al desarrollo y segundo, el financiamiento innovador es una forma de hacer que el desarrollo sea más efectivo y eficiente al vincular el financiamiento con los resultados, redistribuir el riesgo, mejorar la disponibilidad de capital de trabajo y aprovechar la tecnología.
La Banca Verde se enmarca en lo que a nivel internacional se denomina “una solución financiera innovadora”, un mecanismo cuya meta principal es canalizar o captar financiamientos dirigidos a proyectos de inversión sostenibles o verdes. En tal sentido, el financiamiento verde se refiere de manera general, a inversiones financieras que se destinan a proyectos e iniciativas de desarrollo sostenible, productos ambientales y políticas que fomentan el desarrollo de una economía más sostenible y un amplio espectro de objetivos ambientales.
Un proyecto de inversión verde implica considerar acciones de adaptación y mitigación frente a los efectos adversos del cambio climático, la conservación de la biodiversidad, el uso racional y eficiente de los recursos naturales, disminuir los niveles de contaminación de las aguas, el aire y el suelo, promover el empleo de fuentes de energía renovables; pero también significa desde el punto de vista social, brindar oportunidades efectivas de inclusión a grupos poblacionales en situación de vulnerabilidad, empoderar a la mujer y dotar a las comunidades de mayores niveles de autonomía.
Un proyecto de inversión con estas características contribuye además a la protección del patrimonio cultural en su más amplio sentido, coadyuvando a la consecución de los ODS y abriendo las puertas de acceso a nuevas fuentes de recursos financieros tan necesarios para optimizar la economía nacional.
La Banca Verde representa progreso económico y social, una oportunidad maravillosa de superación, la posibilidad de intercambiar con profesionales del SBF y de otros sectores importantes; asimismo, conocer de cerca la notable labor de organismos internacionales como el PNUD y el PMA.
Trascendiendo la esfera laboral, la Banca Verde es el sitio perfecto donde convergen la formación naturalista de mi familia: madre, profesora de Biología, padre, Ingeniero Agrónomo y hermano, profesor de Geografía; con mi vocación humanista de Trabajadora Social y Licenciada en Derecho.
Lic. Daizuri Suárez Viera
Supervisora Financiera
Superintendencia del BCC
