30 de agosto 2019 |
Para nadie es un secreto que Cuba avanza cada vez más en el proceso de informatización de la sociedad, y muchos son los que emplean las tecnologías no solo como un medio de entretenimiento, sino también como facilitadoras de la agitada e interconectada vida moderna.
A tono con lo anterior, por diversas causas se ha incrementado, para bien, el empleo de tarjetas magnéticas, tanto como cuentas de ahorro, como para la realización de otras transacciones de la cotidianidad, entre ellas el pago de las facturas telefónicas y de la electricidad a través de un cajero automático o desde la comodidad del celular, con la aplicación Transfermóvil.
Sin dudas, el empleo de esas tarjetas constituye un alivio, por todo lo que con ellas se puede realizar; pero la situación no es tan fácil ni placentera cuando acudimos a una unidad comercial para, a través de los denominados POS, efectuar una compra.
Realmente, estos dispositivos, los terminales de puntos de ventas (POS), han sido la causa de no pocas molestias e insatisfacciones en varios de los establecimientos en los cuales se encuentran, al extremo que cuando un cliente va a usarlos, el resto de las personas que le siguen en la cola para pagar muestran inconformidad y hasta ira, porque saben que el proceso es incierto.
El trámite puede ser rápido, pero la práctica dice que muchas veces la espera suele prolongarse más de lo normal, y quizás no se logre en ocasiones la conexión para el procesamiento de la información, todo lo cual irrita al cliente, al resto de los que esperan y hasta a la dependienta, aunque no lo demuestre.
Es ahí cuando lo que debería ser un servicio que viabilice la vida y ofrezca más comodidad, se convierte en un verdadero dolor de cabeza al que le urge una solución, porque cada vez son más, por ejemplo, los centros de trabajo que pagan mediante tarjeta magnética y los servicios a los cuales se puede acceder con ellas.
Varias alternativas incentivan su uso, como los descuentos a la hora de comprar con las referidas tarjetas, o las bonificaciones que para fechas especiales implementa el sistema bancario en el país, a lo que se une la seguridad por no tener que manipular el efectivo; sin embargo, ante la irregularidad en el servicio de los POS, muchos prefieren extraer el dinero en los cajeros y luego efectuar la compra, y ese no es el objetivo.
La modernización del equipamiento es fundamental, aunque se conocen las limitaciones económicas que existen en el país, y estas son inversiones realmente costosas; pero lo cierto es que la inestabilidad de los POS, agravada a inicios y finales de cada mes —según la opinión de los clientes—, es una situación que desestimula el empleo de las nuevas tecnologías en la vida del cubano. (Foto: Archivo)
Tomado de Cadena Agramonte
