Banco Central de Cuba
2022-01-05
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Imagen relacionada con la noticia :Criptomonedas: dilemas de la innovación desde Cuba

Por Yohan Rodríguez Torres y Arianna Ramos Martín

Las criptomonedas se caracterizan por mantenerse alejadas de los gobiernos y de las autoridades monetarias de los países, y por generar ganancias en un tiempo breve; sin embargo, cada invención ha contado con seguidores y detractores. Estos últimos advierten acerca del carácter especulativo que las identifica y afirman que se han convertido en un activo de inversión más que en una moneda.

El sustento de Leandro* depende de que la empresa para la cual trabaja logre enviar hasta Cuba el dinero destinado a salarios. Por un momento, el bitcóin se reveló como la única vía factible para que él obtuviera la compensación correspondiente a su esfuerzo, pues debido al bloqueo norteamericano las pocas empresas autorizadas a enviar efectivo a la Isla ya no eran una posibilidad.

Inmerso en este escenario monetario digital, nuevo para el joven, comenzaron a aparecer las trabas. Leandro conoció de plataformas, de pasarelas de pago, escuchó de mecanismos que prometían multiplicar una inversión inicial de criptoactivos en tiempo récord; pero es difícil confiar, mas aún, cuando se trata del sostén económico…

El uso de las criptomonedas por parte de ciudadanos cubanos no constituye en lo absoluto una novedad. No obstante, todavía queda mucho que esclarecer y que entender sobre este universo que se nos descubre…

¿De dónde vienen las famosas criptomonedas y cómo se regula su uso en el ámbito global y nacional?

Para adentrarnos en algunas respuestas es necesario remitirse al año 2008 y a la crisis financiera mundial desatada en aquel período, donde estuvieron involucrados los bancos y otras instituciones financieras. En medio de este panorama aparece la propuesta de una nueva forma de dinero descentralizada y accesible a todos. La idea fue acompañada, para su materialización, de una tecnología que hoy conocemos como blockchain. Un año después, el mundo asistía al surgimiento del bitcóin, la primera criptomoneda.
De acuerdo con portal CoinMarketCap, el sitio web más reconocido de seguimiento de criptomonedas, hoy día existen más de 15 mil tipos de estas monedas digitales creadas a partir de técnicas de cifrado. Sin embargo, el bitcóin continúa reinando y arrastrando consigo al resto en los vaivenes del mercado.

Si bien son medio de pago ágil, la elevada volatilidad es su talón de Aquiles, junto a otros factores como la ausencia de trazabilidad. Tomando como ejemplo el propio bitcóin, una unidad de esta criptomoneda pasó de valer 10 dólares en 2012 a 2 700 en 2017. En la actualidad su precio oscila entre los 50 mil USD.

Las criptomonedas se caracterizan por mantenerse alejadas de los gobiernos y de las autoridades monetarias de los países, y por generar ganancias en un tiempo breve; sin embargo, cada invención ha contado con seguidores y detractores. Estos últimos advierten acerca del carácter especulativo que las identifica y afirman que se han convertido en un activo de inversión más que en una moneda.

Las monedas que todos conocemos y empleamos a diario, constituyen una unidad representativa del precio de las cosas que posibilita un intercambio comercial. En la actualidad, las transacciones comerciales en criptomonedas son limitadas, no resulta habitual que personas o empresas compren bienes o servicios con ellas; en parte porque su valor aumenta o disminuye con facilidad dependiendo de la oferta y la demanda, pudiendo afectar a aquellas entidades económicas que decidan mantenerlas en su poder.

Al no ser emitidas ni reguladas por ningún banco central, su uso conlleva ciertos riesgos. La tecnología blockchain (cadena de bloques) es conocida por su seguridad y transparencia, pero ¿cómo funciona el proceso de creación y transacción de criptomonedas?

Pues, estas surgen a partir de algoritmos criptográficos y una red global donde se replican las operaciones en formatos de bloques entrelazados entre sí, en nodos de computadoras distribuidas por todo el mundo. Dicho de otra forma, la información está diversificada por lo que alterarla resulta en extremo complicado.
Para que las transacciones sean válidas deben ser verificadas por varios de estos nodos, o sea, usuarios que comprueban la legitimidad del proceso. Cuando un bloque queda sellado no admite más operaciones y se suma a la cadena de bloques, esto se denomina minado o sellado. El primero en lograr sellar el bloque recibe una ganancia o comisión en criptomonedas.

Juan Luis Gamboa Santana, director general de Operaciones y Sistemas de Pago del Banco Central de Cuba (BCC), cuestiona la democracia atribuida a este proceso. «Todo el mundo puede participar en el minado, pero la realidad es que únicamente cobran los primeros en resolver los algoritmos matemáticos y para esto se necesita invertir grandes cantidades de dinero en equipamiento y energía», refiere.

Leandro comenzó en las lides del bitcóin preguntando a sus amigos informáticos. El primer paso era descargar una aplicación de billetera electrónica para criptomonedas. A sugerencia de una persona cercana, descargó Trust Wallet. La instaló y comenzó a explorar. La aplicación envió unas 12 palabras comunes que debía guardar de forma secreta, no perderlas ni enviarlas a nadie.

Con los botones de enviar o recibir aparecía un código que debía hacer llegar a sus jefes y poder realizar la transacción. Las centésimas de bitcoins arribaron en breve. A mayor rapidez, mayor será el fee (tasa de transacción). Ahora llegaba, entonces, la parte más importante. ¿Dónde convertía esa criptomoneda en dinero en efectivo?

Existen tres formas de obtener criptomonedas: a través del minado, comprando o intercambiando. Las personas suelen tener distintos tipos de monedas en sus billeteras o monederos electrónicos. A diferencia de los monederos comunes, este no almacena dinero sino claves y, además, ofrece la posibilidad de realizar transacciones. Su seguridad se establece a través de una contraseña, por lo que si el dueño olvida su clave o se la roban, pierde todas las criptomonedas depositadas en su cuenta. Ante esta situación ya comienzan a aparecer los primeros bancos para resguardar las claves de las cuentas de estos monederos.

Otro aspecto distintivo de la blockchain es el anonimato. Las transacciones se realizan de una billetera electrónica a otra, el resto de internautas conoce la cantidad y de dónde a dónde se dirige ese dinero, pero no la identidad de los involucrados. Este aspecto ha preocupado a varios organismos internacionales que se apresuran a regular el fenómeno que acontece en el ciberespacio, pero que atañe consecuencias en el mundo físico.
En ese sentido, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) actualizó en octubre de 2021 la Guía de 2019 para un Enfoque en Base a Riesgos para los Activos Virtuales y los Proveedores de Servicios de Activos Virtuales. La misma aborda varios aspectos, entre los cuales destaca que los países deben garantizar que los proveedores de servicios de activos virtuales estén regulados y tengan licencia o registro, con el objetivo de someterlos a un sistema de monitoreo efectivo.

De acuerdo a lo explicado por Guillermo Aguirre Haramboure, director de Inteligencia Financiera de la Dirección General de Inteligencia de Operaciones Financieras del BCC, los peligros a los que alude este organismo internacional están relacionados fundamentalmente con el lavado de dinero y la financiación del terrorismo. Las criptomonedas ofrecen la posibilidad de realizar transacciones transfronterizas de forma rápida y anónima; y estas, en su mayoría, se encuentran fuera del sistema financiero controlado, lo cual dificulta la detección de irregularidades y de actividad criminal.

Cuba no se encuentra ajena a estos fenómenos. El BCC puso en vigor en septiembre de 2021 la Resolución 215, a partir de la cual regula el uso de determinados activos virtuales en transacciones comerciales, así como el otorgamiento de licencias a proveedores de servicios de activos virtuales.

«No existía un pronunciamiento anterior y se hacía necesario tener una posición pública, de país, respecto al tratamiento de los criptoactivos, así como esclarecer algunos términos para que todos los agentes de la economía ganen en claridad», señala Ian Pedro Carbonell Korell, especialista de la Dirección de Políticas Económicas del BCC.

A propósito, Guillermo Gil Gómez, director de Regulación y Estabilidad Financiera del BCC, comenta que las criptomonedas son una realidad en la Isla que generalmente se está dando a nivel de personas naturales. «Hoy hay cubanos que están realizando transacciones y obteniendo beneficios. Es necesario entrar en ese mundo, regularlo y alertar a los ciudadanos sobre algunas cuestiones negativas que suceden en ese espacio», afirma.

Erich García Cruz, popular youtuber y creador del proyecto BacheCubano, considera que el empleo de las criptomonedas en el país pudiese representar una oportunidad micro y macroeconómica. Afirma que los cubanos adquieren criptos por tres motivos fundamentales: como reserva de valor; para la compra de productos y servicios locales en algunos negocios privados que aceptan este tipo de activos; y para enviar remesas hacia Cuba y fuera de la Isla.

A partir de la legislación 215 del BCC se establece el uso legal de las criptomonedas por parte de las personas naturales. Estas asumirán los riesgos y responsabilidades que en el orden civil y penal se deriven de operar con criptomonedas y proveedores de estos servicios que maniobren al margen del Sistema Bancario y Financiero, aunque legalmente no están prohibidas tales transacciones.

En caso de que estas personas naturales — realizando transacciones con otras o con proveedores sin la correspondiente licencia — sean víctimas de estafas, los operadores del delito recibirán la respectiva condena penal, pero la víctima no será resarcida desde el punto de vista económico. Aguirre Haramboure enfatiza que este tipo de delitos son muy difíciles de probar debido a la confidencialidad y complejidad de la propia tecnología.

Por su parte, Armando Torres Aguirre, subdirector de la Dirección General de Investigación de Operaciones Financieras del BCC, destaca que las decisiones que se toman hoy relativas a los activos virtuales tienen su origen en el lineamiento número 37 de la política socio-económica del país, que rige el período 2021–2026. Dicho texto declara que debe avanzarse en el estudio del empleo de la criptomoneda en las condiciones de la economía cubana.

Asimismo, la legislación establece que considera proveedores de servicios de activos virtuales a cualquier persona, natural o jurídica, que se dedique como negocio al intercambio entre criptomonedas y monedas de curso legal; al intercambio entre una y más formas de activos digitales o a la administración de estos activos. También, incluye a aquellos que participan y suministran servicios financieros relacionados con la oferta de un emisor o la venta de un activo virtual.

Armando Torres explica que el BCC es quien determina qué proveedores de servicios tendrán licencia, incluso aquellos que cuenten con un permiso en su país de origen deben solicitarlo para operar en la Isla. De igual modo, el BCC decidirá cuál o cuáles serán las criptomonedas con las que podrán operar dichos proveedores.

A su vez, de acuerdo a la regulación, las personas jurídicas -estatales o privadas- tendrán la posibilidad de usar criptomonedas entre ellas o con personas naturales, siempre que el BCC lo autorice.

«El empleo de criptomonedas en el entorno financiero nacional, por personas jurídicas, se reserva a razones de interés socioeconómico del país y de momento no constituye una prioridad su empleo en operaciones de comercio exterior debido a su reducido uso en el mismo. No obstante, esto debe continuar estudiándose y valorándose a partir de la futura implementación de regulaciones nacionales e internacionales», apunta Guillermo Gil Gómez.

Después de vagar por varios sitios web, Leandro encontró plataformas Exchange donde podía intercambiar su criptomoneda por otras. Incluso, halló Qvapay, una especie de cuenta digital en dólares que convertía los criptos en saldo Qvapay.

Logró hacerse una transferencia a su propia cuenta bancaria en moneda nacional. Tardó apenas unas horas. Pudo efectuar recargas internacionales, pagar el teléfono y la electricidad solo con disponer de los datos de ID de cajero y los montos a transferir.

En el trayecto, conoció al menos tres grupos en Telegram de cubanos que se dedican a intercambiar criptomonedas por dólares, euros, moneda nacional u otras. El joven pensó que ante tantas dificultades para enviar dinero en forma de remesas desde el exterior y ante las altas tarifas que cobran por transacción, esto del bitcóin no parecía mala opción.

El reconocimiento por parte del BCC de los activos digitales ha generado altas expectativas en cuanto a las formas de evasión del bloqueo económico de Estados Unidos. No obstante, Guillermo Gil Gómez recalca que las criptomonedas no son una fórmula especial o infalible para eludir las restricciones financieras.

«Ya el gobierno norteamericano ha sancionado a proveedores de servicios de activos virtuales radicados en Estados Unidos por realizar transacciones con Cuba. El bloqueo trasciende el espacio físico y sería ingenuo anticiparse y pensar que las criptomonedas pueden ser una vía segura para eludirlo.

«En adición, no es lo mismo las transacciones a nivel de personas naturales que a nivel de empresas y bancos. La propia limitación en cuanto al uso directo de las criptomonedas en el comercio internacional es un factor que no propicia su uso por el país. Este es un mundo complejo en el cual se debe ser cuidadoso para no arriesgar los escasos recursos financieros con que contamos», señala el director de Regulación y Estabilidad Financiera del BCC.

Las autoridades monetarias de los países no reconocen a las criptomonedas como monedas sino como activos de inversión debido, entre otros factores, a las limitaciones en sus usos de pago. Estas instituciones trabajan en la actualidad en otra línea, la de emitir sus propias monedas digitales que competirían con las criptomonedas al presentar las mismas ventajas técnicas, afirma Aguirre Haramboure.

Al respecto, Gil Gómez agrega que el surgimiento de estas monedas digitales de los bancos centrales podría abrir nuevas alternativas al uso de las divisas tradicionales y al sistema de pagos internacional dominado por Estados Unidos.

Una potencia económica como China apuesta por su propio activo, el yuan digital, y prohíbe las transacciones con criptomonedas, a la par que El Salvador se convierte en el primer país en adoptar el bitcóin como moneda de curso legal. En este contradictorio escenario queda aún mucho que esclarecer en torno a las criptomonedas, sus beneficios y prejuicios para el presente y futuro de la economía global.

En tanto, Cuba continúa a la espera de las próximas regulaciones referentes al uso de criptomonedas; donde se vislumbrarán diversos aspectos, entre ellos el proceso de otorgamiento de licencias a los proveedores de servicios de activos virtuales que tanto esperan quienes integran la comunidad cubana inmersa en esta innovación tecnológica y financiera.

Tomado de: https://medium.com/revista-alma-mater/criptomonedas-dilemas-de-la-innovaci%C3%B3n-desde-cuba-e83d9faf4435

 

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