El Espectador- 1 Dic 2019 |
Argentina está dispuesta a pagar su deuda pero no puede hacerlo bajo las condiciones actuales y necesita que la economía vuelva a crecer antes de cumplir con sus obligaciones, dijo el presidente, Alberto Fernández, en su discurso inaugural tras asumir el cargo.
El Gobierno buscará un diálogo “constructivo y de cooperación” con el Fondo Monetario Internacional y bonistas para abordar la carga de la deuda, dijo Fernández, sin dar detalles adicionales. La administración saliente de Mauricio Macri dejó a Argentina en “default virtual”, dijo.
Fernández, de 60 años, leyó una lista de desafiantes indicadores económicos que ha heredado, incluida una mayor carga de endeudamiento como porcentaje del producto interno bruto desde 2004, cuando el país estaba en default y él era jefe de gabinete. Los inversores esperan detalles del ministro de Economía entrante, Martín Guzmán, sobre sus planes para enfrentar la crisis de la deuda que podría incluir propuestas para extender los vencimientos.
“La nación está endeudada, con un manto de inestabilidad que desecha cualquier posibilidad de desarrollo y que deja al país rehén de los mercados financieros internacionales”, dijo. “Para poner a Argentina de pie, el proyecto debe ser propio e implementado por nosotros, no dictado por nadie de afuera con remanidas recetas que siempre han fracasado”.
El discurso de Fernández fue “constructivo”, dijo Shamaila Khan, directora de deuda de mercados emergentes en AllianceBernstein, con sede en Nueva York. “Obviamente no tenían muchos detalles de política. Pero no creo que esperáramos eso de un discurso inaugural”.
La deuda: todo un desafío
Macri, quien reintegró a Argentina en los mercados mundiales de bonos después de asumir el cargo en 2015, pero luego no pudo controlar la inflación e impulsar el crecimiento, firmó una línea de crédito récord de US$56.000 millones de dólares con el FMI el año pasado. La probabilidad implícita de impago durante cinco años con operaciones de incumplimiento crediticio es de aproximadamente 95%.
Macri, quien se vio obligado a reimponer los controles de capital en septiembre después de que los mercados se hundieron debido a una elección primaria que mostró que Fernández seguramente ganaría la presidencia, también anunció planes de “reperfilamiento” de un total de US$101.000 millones de deuda entre pagos adeudados a acreedores privados y el FMI.
Moody’s Investors Service Inc. dijo que la reestructuración de la deuda de mediano y largo plazo de Argentina será un desafío para la administración de Fernández, y que el futuro de las calificaciones crediticias de la nación dependerá de las “pérdidas impuestas a bonistas, así como de la sostenibilidad a largo plazo del programa económico del Gobierno que aún está por definir”.
Fernández dijo que el presupuesto para 2020 solo se puede elaborar una vez que se haya completado la negociación de la deuda, así como también se han implementado algunas medidas económicas y sociales para compensar el impacto de la crisis en la economía.
“Resolver el problema de una deuda insostenible que hoy tiene Argentina no es una cuestión de ganarle una disputa a nadie. El país tiene la voluntad de pagar, pero carece de capacidad de hacerlo”, dijo Fernández.
