Por: Colectivo de autores
En estudios realizados desde octubre de 2019 hasta marzo de 2020, la percepción en relación con las regulaciones tiene en común el displacer que producen en esta población la generación de resistencias a las autoridades y la incertidumbre de cara a la sostenibilidad de sus negocios.
Resulta distintivo, no obstante, la diferenciación con respecto al nivel educacional de los entrevistados. En el caso de aquellos que no alcanzaban nivel superior se expresaron posiciones de clara incomodidad, pero que fueron sustentadas en experiencias o creencias, aunque ninguno reveló dominio de las regulaciones (ni las viejas ni las nuevas). El poder de la opinión se generó por contagio o sugestión.
Para los profesionales, el displacer se expresó en cuestiones concretas con respecto a las regulaciones, en mostrar contradicciones entre unas y otras, o entre los procederes de las instituciones (Banco-ONAT).
Se consideran mensajes contradictorios los que se derivan de las nuevas regulaciones, las informaciones que son ofrecidas, quiénes las ofrecen y cómo.
Si bien existe una actitud reactiva ante los problemas o las necesidades de transformación, una “cultura de la queja”, también se encuentra una actitud proactiva en grupos de emprendedores profesionales, pertenecientes más bien a negocios exitosos. Estos proponen medidas o líneas concretas de actuación y buscan el diálogo con las autoridades pertinentes y alianzas público-privadas, como vía para potenciar el desarrollo social.
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