Birán nos trajo la edad
del hermano guerrillero
del guía, del compañero
padre de la libertad.
Su nombre es Revolución canto, fuego y esperanza,
es la entrega, la confianza,
el futuro y la creación.
Es la firme convicción
del pueblo, de su lealtad,
de firmeza, de unidad,
es faro de patriotismo,
es cantera de optimismo,
y fragua de libertad.
Su nombre es conciencia pura, cristalina, soberana,
es la prédica martiana
que cultiva la ternura,
la transparencia segura,
de la luz y su reflejo.
Para seguir es espejo,
el mismo don de crecer,
es el camino, es el hacer,
es vista de catalejo.
Su nombre es el despertar
de torrentes, de mañanas
es el doblar de campanas llamando al mundo a cambiar.
Es la efigie de triunfar,
es la alborada radiante,
la cuna de la vibrante
razón que la vida da
que hasta en el cenit está
su estrella de comandante.
Padre, padre, padre de la libertad padre, padre, muchas felicidades.
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