Cada 28 de enero, en homenaje al natalicio de nuestro Héroe Nacional José Martí, los auditores del Banco Central de Cuba firman el Código de Ética. En esta ocasión, la actividad tuvo lugar en la Dirección de Información y Comunicación del Banco Central de Cuba (DICI) y estuvo presidida por el Vicepresidente Primero del BCC Francisco Mayobre Lence, la Vicepresidenta Katerine Aliño Carballo, Ian Pedro Carbonell, Secretario General del Comité de Base de la UJC, y el Secretario General del Buró Sindical Iván García Clapera.
Amparado en la Resolución 162 de la Contraloría General de la República, con fecha del 7 de febrero de 2020, el Código de Ética tiene como basamento esencial el concepto de Revolución del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el que masivamente los cubanos juramos cumplir, y está en correspondencia con las bases de la ISSAI 30 “Código de Ética” de la Organización Internacional de las Entidades Fiscalizadoras Superiores, adecuado a las características del país.
El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz, refiere que para alcanzar el éxito y cumplir con eficiencia todos los objetivos trazados a nivel país, es preciso un denominador común en nuestra conducta: Orden, Disciplina y Exigencia, como fortaleza principal para enfrentar, frenar y liquidar la corrupción administrativa.
La conducta debe ser irreprochable e íntegra en todos los momentos, impedir la inobservancia de las disposiciones jurídicas y normas éticas, por cualquier manifestación de autosuficiencia y superioridad, mostrar capacidad para escuchar y razonar con espíritu crítico y autocrítico, que incluye rectificar el actuar, si fuera necesario. Cualquier deficiencia o comportamiento inadecuado en el desempeño de la labor, perjudica la integridad del auditor, la calidad y validez de la tarea que realiza, y puede plantear dudas acerca de la fiabilidad y la competencia profesional de la unidad organizativa que representa.
Por la misión y responsabilidad que les asiste, tomando en consideración que sus criterios y juicios contribuyen a la toma de decisiones de los órganos del Estado, organismos, entidades y organizaciones, los auditores están comprometidos a fomentar un criterio de honradez absoluta en la realización de su trabajo; a cumplir normas de elevado rigor en cuanto a conducta durante su trabajo y en sus relaciones con el personal auditado.
Los auditores del Sistema Nacional de Auditoría hacen suyos los preceptos éticos, que deben regir la conducta y actuación personal de todos los que asumen la responsabilidad de esta digna profesión, como complemento cualitativo necesario, en el cumplimiento de la Constitución de la República de Cuba y demás disposiciones jurídicas, aplicando con eficiencia y eficacia las Normas Cubanas de Auditoría y su Manual de procedimientos.
