Por: Colectivo de autores
Tomado de: EL EMPRENDIMIENTO PRIVADO EN CUBA
Al estudiar el enfoque dinámico de emprendimientos según PRODEM, este incluye solo las condiciones de la demanda como aspecto crítico para que crezcan los negocios, pues en dependencia del tamaño del mercado, su capacidad adquisitiva, etc., podría ser o no una oportunidad para su crecimiento. No toma en cuenta las condiciones de la oferta pues, ya sea mediante la economía doméstica o por la vía de la importación, los negocios obtienen sus suministros de canales formales, aunque pudiera existir también informalidad, e incluso mercado de contrabando, mediante la cual se logra satisfacer las necesidades para que los emprendimientos puedan producir.
En las condiciones de Cuba es indispensable incluir la oferta, que más que una oportunidad puede constituir una amenaza o freno al crecimiento. La relación entre oferta y demanda se realiza bajo ciertas condiciones de mercado, además se supone que la oferta satisfaga ciertas necesidades según el público al cual está dirigida, en tanto que la demanda dependerá de la existencia de una necesidad, el deseo de satisfacerla y el poder adquisitivo, todo ello matizado por los gustos y preferencias de los consumidores.
El mercado requiere de una oferta variada, estable, innovadora y con una relación calidad-precio adecuada según los diferentes tipos de bienes. Al mismo tiempo, la demanda debería ser exigente, para que se constituya en un incentivo a la innovación de los productores, en un mercado de competencia no monopólica.
Cuba no posee un libre mercado, se conjuga un mercado regulado centralmente para la mayoría de los productos y otro mercado libre con alimentos del agro y otros servicios y productos, en lo fundamental.
Las empresas estatales, que producen más de 80% del Producto Interno Bruto (PIB), poseen precios regulados, y en determinadas situaciones, al vender por encima del encargo del Estado, lo puede hacer a precios por acuerdo, generalmente con poder de monopolio.
Para los productos agrícolas de los mercados agropecuarios, de los Trabajadores por Cuenta Propia (TCP) y de las cooperativas, se manejan precios de oferta y demanda sobre lo que venden y, en algunos casos, los suministros. Existe un mercado informal que no es menor, aunque no ha sido cuantificado, que maneja sus precios libremente.
A continuación, se brinda una panorámica de la evolución del PIB, como expresión de la oferta de bienes y servicios del país y se analizan algunas dinámicas del consumo y del poder adquisitivo.
El PIB calculado según paridad del poder adquisitivo (PPA) a dólares corrientes en el año 1970 “…era 5,3 veces mayor que el promedio de las economías de AL-10 [Uruguay, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Bolivia, Guatemala, Honduras, Jamaica, Ecuador y Paraguay], mientras en 2011 solo era 1,5 veces mayor. En 2011, la economía cubana contaba con un PIB total equivalente a US$PPA 65.102 millones, lo que representaba un 71% del tamaño de la economía dominicana y 61% de la ecuatoriana” (Vidal, 2017: 15).
Las causas fundamentadas por Vidal se concentraban en la reducción del capital físico y la posterior descapitalización, así como por la baja productividad. El resultado es el decrecimiento del producto, el cual fue en 2014 30% por debajo de 1985 (Vidal, 2017). Es significativo cómo la economía cubana se ha empequeñecido frente a otras semejantes de América Latina.
Entre los años 2010 y 2018, la economía cubana mostró un crecimiento promedio de 2% del PIB a precios constantes (1997), como se muestra en el gráfico [no está calculado sobre la base de la paridad con el poder adquisitivo].
El análisis sobre el PIB muestra los bajos niveles de crecimiento de la producción y, por tanto, de la oferta en general de todas las formas de propiedad, pero sobre todo del sector estatal, que aporta 80% del producto. En el caso del sector no estatal, debido a su reducido tamaño y limitaciones para crecer, aporta mucho menos.
Por tanto, se está en presencia de una economía con un lento crecimiento, cuya oferta en redes minoristas depende de las importaciones (por ejemplo, más de 2000 millones en alimentos), [por vía de importación se obtiene 55% de las proteínas y 39% de la energía (Anaya y García, 2019)] pues la economía doméstica es incapaz de generar la riqueza necesaria para satisfacer las necesidades.
Cuba tiene un serio problema de productividad y no se notan avances en su solución. La agro-pesca, sector productivo con mayor número de trabajadores (casi 20% del empleo nacional), es el de más baja productividad, alcanzando apenas la quinta parte de la productividad media (Monreal, 2019: 1).
Este es uno de los sectores donde operan más productores cooperativos y privados, con buenos rendimientos en general, pero con pocas posibilidades de crecimiento, pues los suministros los reciben mediante una empresa estatal, no pueden comprar más tierras, ni equipamiento y deben vender una parte de su producción al Estado a precios regulados.
Para comprender la dinámica oferta-demanda en Cuba, se hace necesario entender que los precios son establecidos, en su inmensa mayoría, centralmente. La forma de cálculo se realiza a partir del costo más un margen (lo que permite que el precio sea expresión de ineficiencia) y la tasa de cambio sobrevaluada de 1USD=1CUC=1CUP (en las empresas) distorsiona todo el mecanismo de valoración de activos y por supuesto no permite la comparación internacional.
El comercio entre empresas estatales se basa en el indicador directivo denominado “encargo estatal” bajo un precio de subsidio. En las ventas excedentes, el precio es por acuerdo, pero teniendo en cuenta que las empresas estatales son monopolios, no funciona la oferta y la demanda, sino la imposición de precios de monopolio. Las cooperativas y privados agrícolas, después de cumplir con el Estado, venden en mercados agropecuarios a precios de oferta y demanda y de igual forma lo realizan los trabajadores por cuenta propia con su diversidad de productos y servicios.
El TCP se afecta de la baja oferta de bienes y servicios que ofrece el Estado, que no les permite obtener en plaza los suministros que requiere “…la ausencia de mercados formales para el despliegue de una cadena de suministros funcional a las necesidades de esas actividades crea el marco para el avance de redes paralelas de aprovisionamiento, mucha de las cuales tienen su origen en el exterior” (Torres y Zipitria, 2017: 210).
Para que se tenga una idea de lo anterior, se estima que se gastan 20 millones de dólares mensuales en las compras en Panamá, todo lo cual explica la reciente medida de abrir tiendas en Cuba para la venta de productos en divisa (Benavides, 2019).
En un estudio reciente realizado a 123 cuentapropistas sobre la afectación para sus negocios de las medidas adoptadas por Trump (AUGE, 2019), 60,3% declaró haber importado o comprado a un tercero, productos provenientes de Estados Unidos. Los insumos más comprados fueron tecnología, productos de belleza, herramientas, ferretería y textiles. De ellos, 53% indica que, a partir de las nuevas restricciones de viajes a los Estados Unidos, vieron afectadas sus importaciones y 40%, sus inversiones.
De igual forma, a la pregunta de los sucesos que más le han afectado en los últimos años, 64% se pronuncia por la escasez que vive el país por las restricciones financieras y 48% por la demora en la apertura del mercado mayorista. Este aspecto, junto a los impuestos, es considerado negativo para los negocios.
En una encuesta realizada a 60 negocios [gastronomía, renta de habitaciones, tiendas, talabarterías, impresiones, informáticos, profesor de música, peluquerías, diseño/modas, consultoría y talleres de celulares] en La Habana, sobre sus fuentes de suministro, aparece lo siguiente:
- En general, 60% le compra a privados y 53% al Estado, en cualquier cuantía, y no son sus únicas fuentes de suministro.
- Más de 40% de sus suministros son comprados al Estado por 28,8% de ellos, y 53%, son negocios vinculados a la gastronomía.
- Compra más de 30% a los informales, 31%.
- Solo le compra a privados e informales, 20%. Se refiere a servicios informáticos, impresiones, talabartería y tiendas.
- En los tres mercados compra 33,3% y 64,2% se refiere a servicios de gastronomía.
- Le compra solo al Estado (4 negocios), 8%.
Como puede observarse, todos los mercados están presentes como suministradores de los TCP, solo que para algunas actividades la fuente de sus suministros solo es informal o privada, excluyéndose por completo al Estado, ya que la oferta es limitada, muy cara o simplemente inexistente. La gastronomía realiza parte de sus compras al Estado, aunque también se suministra de las otras. Las proporciones y tipo de productos dependen mucho del tipo de restaurante o cafetería (de barrio, de especialidad y de lujo), donde las exigencias de calidad, presentación, etc., del producto final son diferentes.
Por otra parte, los suministros obtenidos en la red estatal cubana se realizan, como norma, en la red comercial minorista, cuyos precios son muy elevados en el mercado en divisa, con una tasa de 150% y más por encima del costo, lo que impone junto a los productos por ellos importados u obtenidos en el mercado informal, un volumen de gastos que influye en los precios finales que, según Pérez (2019), se han incrementado 30 veces desde 1990.
Los elevados precios sin fundamento del Estado, recientemente topados, no representan un estímulo al incremento de la oferta ni del sector estatal ni del no estatal. Tienen un propósito recaudatorio de divisas y, en otros casos, intentan equilibrar la baja oferta con la demanda. El Estado no se ha planteado con fuerza suficiente incentivos a la producción, la productividad y la innovación.
La oferta de parte de los cuentapropistas, aun estando afectados por las medidas de Trump y la reducción de turistas, como se comentará más adelante, continúa creciendo ya que aumenta el número de licencias otorgadas y, además, por el aumento del nivel de actividad, según la encuesta realizada a los 60 dueños, como se refleja en la siguiente tabla.
Si bien a 30% de los encuestados la oferta le crece entre 1% y 20%, a 70% restante le crece en más de 20%, y 41,5% en más de 40%. Se pudo identificar que los de menores crecimientos están relacionados con algunas cafeterías de barrio o por dificultades con el suministro importado. Los que más crecen son paladares consolidados y otras actividades de valor agregado.
La demanda, por su parte, podría ser un estímulo a producir más y con calidad. ¿Quiénes demandan los bienes y servicios de los cuentapropistas? La población cubana, los turistas y extranjeros que trabajan en Cuba.
El consumo de la población se realiza en primer lugar en el mercado estatal, representando 70,8% del total, sin embargo, existen otras vías como el mercado agropecuario (10%), mercado de los TCP (11,5%) y otras vías, entre las que se encuentran las tiendas en divisas (7,4%) (ONEI, 2019).
Es interesante precisar que, de todos esos mercados, los que más han crecido desde 2013 hasta la fecha son el mercado del TCP en 98% y las otras vías en 57%. De esto puede inferirse que ha aumentado la demanda en esos mercados, por ser insuficiente el mercado estatal y por encontrar, sobre todo en la alimentación elaborada, mejor calidad.
El salario es la principal fuente para satisfacer el consumo de la población. En el sector empresarial, que emplea 52% de los ocupados del sector estatal, el salario medio ascendía a 871 pesos en 2018. No obstante, de los casi 1,6 millones de empleados pertenecientes a este sector, 59% (946 000 trabajadores) recibían salarios por debajo de la media nacional y 14% (198 000) recibían salarios menores o iguales 440 pesos (Figueredo, O., Fuentes, T. & Pérez, I., 2019). El sector presupuestado emplea 45% de los ocupados del sector estatal y después del incremento de salarios de julio 2019, el salario medio es de 1067 pesos (Puig, Y. & L. Martínez, 2019).
Según estudios realizados por Anaya y García (2018), entre 65% y 75% del gasto de la familia se emplea en alimentación. Un análisis realizado por las autoras para dos variantes de consumo, una de 3524 kcal y la segunda de 2400 kcal*, más el gasto requerido en ropa y calzado y en transporte público, indica lo siguiente: variante 1, se necesitan 699-748 pesos per capita; variante 2, se necesitan 550-604 pesos per capita. Estas variantes consideran solo gastos mínimos, sin lujos ni ocio.
Si se comparan los salarios medios de los sectores presupuestados y empresarial, pareciera que la mayoría de los trabajadores pudieran acceder a cualquiera de las dos variantes, sin embargo, eso sería bajo el supuesto de que la familia estuviera compuesta por trabajadores que ganan salarios medios, sin niños, ni ancianos, aunque estén jubilados. Al incorporar un miembro más que no posea salario, o si alguno de los que trabaja o todos ganan menos que el salario medio, entonces comienza a ser más complejo su satisfacción. Por tanto, para personas que solo reciben un salario, el consumo de la oferta del trabajo por cuenta propia se ve un tanto restringido.
Existen otras fuentes de ingresos extra salariales, como son las remesas, los salarios de los trabajadores de las firmas extranjeras, los ingresos de cuentapropistas dueños e incluso de los contratados, que es superior al sector estatal. Asimismo, los cooperativistas no agropecuarios, que representan solo 4% de los ocupados, reciben anticipos sustantivos:
Los anticipos recibidos como promedio por socio fueron de 3 829,26 CUP mensuales (159,55 CUC o 5,69 veces el salario medio provincial), mientras el promedio del total de ingresos por socio que incluye, además, la distribución de utilidades que se hace al final del año fue de 68 732,50 CUP anuales (2 863,85 CUC o 8,51 veces el salario medio provincial) (Piñeiro, 2018: 75).
Todas estas personas, en mayor o menor medida, en dependencia de situaciones familiares, etc., pueden representar una demanda para el TCP. Es difícil realizar un cálculo ya que se desconocen los montos de ingresos o salarios de estos sectores, con excepción de las cooperativas no agropecuarias.
La tabla siguiente muestra las proporciones de ventas que se refieren en la encuesta realizada a 60 negocios.
Más de 50% aumentan las ventas por encima de 30%, como norma por haber tenido acceso a alguna materia prima, por lo general fuera de Cuba, que le permitió mejorar la calidad y satisfacción del cliente.
Es importante señalar que en su mayoría no poseen ningún sistema de retroalimentación o indicadores para conocer la repitencia o satisfacción del cliente. No obstante, por ser pequeños negocios, algunos plantean que su conocimiento proviene del diálogo con los clientes. Solo 15% aplica encuestas, entrevistas o tarjetas de fidelización.
En cuanto al turismo, desde 2015 comenzó a incrementarse, con tres millones de visitantes, y en 2018 más de 4,6 millones, de ellos un poco más de medio millón fueron cruceristas. Casi 30% estadounidenses y cubano-americanos. En el primer semestre de 2019 ha disminuido el turismo proveniente de casi todos los destinos, excepto los cubano-americanos, mexicanos, argentinos y portugueses. No han crecido los ingresos totales por turismo respecto a igual período de 2018 ni la ocupación, se reducen los días de estancia, así como los ingresos por visitantes y por turistas día (ONEI, 2019).