El Banco Internacional de Comercio S.A. (BICSA) sigue siendo una incógnita para muchos cubanos que a diario ven sus siglas y desconocen su origen, funciones y trayectoria en el Sistema Bancario y Financiero.

Constituido en 1993, su actividad fundamental es la banca de empresas y clasifica como banco corporativo especializado en operaciones internacionales. Entre su fuerza laboral, con más de 200 trabajadores, figura Alina Viera Huerta, quien ha dejado su impronta desde los cimientos de esta institución, que el reciente 29 de octubre pasado celebró sus 32 años de creada.

Una historia de superación constante, de sortear obstáculos, de trabajar por contribuir al desarrollo de la economía y gran sentido de pertenencia, constituye la carta de presentación de esta fundadora.
"Desde los 18 años comencé mi tránsito en el Banco Nacional de Cuba. Mis inicios fueron en el área internacional en el departamento de carta de crédito, encargada del flujo de las operaciones. Desde ese momento fui apropiándome de conocimiento para, a pesar de mi juventud, ir entendiendo la envergadura de cada tarea", apuntó.

El nacimiento de BICSA en la céntrica Avenida 20 de Mayo, recordó Viera Huerta, estuvo, a su vez, acompañado de un emergente proceso de automatización. "En 1993, me uní al equipo fundador. Aquel momento coincidió con la automatización bancaria, un hito que marcó mi formación. Dominamos sistemas como (Sabic) para la gestión contable y los sistemas para la conectividad con redes internacionales bancarias (SWIFT), que implementó la cultura financiera moderna en Cuba".
"Tras la apertura de una nueva sucursal en el Centro de Negocios en Miramar, y teniendo un gran peso las cuestiones familiares y la cercanía de mi hogar, me trasladé hacia este nuevo centro. Pero si algo caracteriza al banco es la posibilidad que brinda a sus trabajadores para elevar su nivel profesional. Yo comencé como negociadora y con el paso del tiempo asumí la gerencia durante 16 años", afirmó.

Su ascenso no se detuvo. En el 2016 dirigió la Dirección de Organización y Procedimiento relacionada con la confección de los manuales de la entidad a fin de optimizar la infraestructura administrativa. En dicha área presentó su jubilación, al mismo tiempo, que se le notificó la necesidad de cubrir la Dirección de Cumplimiento. "Hoy, desde hace 1 mes, velo por la lucha contra el lavado de activos de capital, monitoreo las operaciones y reviso la base de los clientes, sus cuentas y confiabilidad para realizar las operaciones", señaló.
En estos 32 años, vivir junto a BICSA su nacimiento, evolución y todo el bregar acompañando el desarrollo de la economía cubana ha revelado en Alina un gran sentido de pertenencia por la institución. "Me siento como en casa y para mis trabajadores más que una compañera, trato de ser una guía. Principalmente con los jóvenes, que en tiempos tan complejos necesitan orientación y ayuda para que se integren a la entidad".

Al referirse a los retos de la institución financiera, Viera Huerta comentó que "BICSA atiende el comercio exterior y las empresas con carácter importadora, en conjunto con el Banco Financiero Internacional (BFI). Por nuestras manos transita la mayor parte de las operaciones del comercio exterior, las cuales tienen una incidencia inmediata en la compra de artículos de primera necesidad y otros que garantizan el bienestar y desarrollo de la población".
"Somos un eslabón clave para el desarrollo. Para nosotros cada operación que realizamos no representa simplemente un número; resulta otro paso hacia el bienestar de Cuba".

Sobre el impacto del bloqueo en la Mayor de las Antillas, según Alina, si alguien lo tiene claro es un trabajador de BICSA, pues es testigo de cuánto se complejiza una transacción comercial internacional dadas las limitantes impuestas por estas medidas contra la Isla y, sobre todo, cuánto las mismas encarecen cualquier gestión.
"Tenemos que lograr que la gente entienda que el bloqueo sí existe (...) Nuestro mayor desafío es mantener las transacciones activas, pese a las restricciones. Que el país no se detenga", subrayó.
Entretanto, ninguna conquista profesional llega sin el humano respaldo desde el espacio privado. Alina reconoce el valor de su familia en cada etapa de su recorrido como bancaria, partiendo del apoyo que significó su esposo, hijo, su aún activa mamá de 87 años, su hermana Ivón Viera, con quien se inició en el sector bancario por el año 1983 y quien llegara a ser subdirectora de la Bóveda Central, sin olvidar a su hermano, traductor de la presidencia del Banco Central de Cuba por varios años.

Una vida, en resumen, que ilustra otra arista trascendente de la actividad financiera y el peso de la disciplina, el esfuerzo y la absoluta pasión por la banca.
Para BICSA y Alina nuestra más sincera felicitación.
#BancariosCubanos
#CuentaConmigo